Resulta muy interesante jugar a la versión flash de Portal. El mecanismo del juego se simplifica hasta sus más básicos componentes y se limita el apartado gráfico hasta conseguir unos escenarios espartanos pero funcionales. La pérdida de la tercera dimensión de este juego no supone una simplificación de los puzzles, más bien al contrario, teniendo que superar algunas pruebas verdaderamente endiabladas.
Sin embargo, algo falta en este juego, algo del atractivo del Portal original. Quizá se deba a que el ASHPD (o Aperture Science Handheld Portal Device) sea una herramienta ya conocida, pero esta versión en flash no es tan inmersiva como el original, no deja la sensación de estar pensando con portales. A esta versión, en su total depuración de lo superfluo, le falta el apartado narrativo tan cuidado de Portal, que a la larga se ha convertido en uno de los elementos mejor recordados del juego, más allá de algún puzzle en particular. En Portal, se cuida mucho qué se cuenta al jugador (apenas nada), y se dejan pistas sutiles que nos permiten hacernos una idea sobre qué es a lo que nos estamos enfrentando. En la versión flash no hay nada tras las bambalinas, no hay tartas que son de mentira, y los cubos no son nada más que cubos.
Lo que convierte a Portal en un juego revolucionario no es sólo el arma para crear portales, si no la manera de sumergir al jugador en una historia apenas contada, dejando que la historia vaya cobrando forma frente a sus ojos, sin escenas renderizadas ni aburridas charlas de otros personajes, al más puro estilo del Half Life. A pesar de que todo esto se pierde, la versión flash de este juego sigue siendo un gran entretenimiento, con una considerable cantidad de puzzles a cada cual más endiablado.
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Ya lo había jugado pero lo que más me gusta del artículo es la opinión sobre Portal porque realmente consigue una inmersión total del jugador en el mundo sin una cinematográfica.
Es una evolución del primer Half-Life estupenda.