Dio can you hear me?

(alrededor de 2:05)

Este otoño le diagnosticaron a Dio un cáncer de estómago. Sin embargo, este hombre no se rinde ante nada. Y sus fans tampoco. Hace unos días ha publicado un mensaje de agradecimiento en su página web.

Happy holidays everyone,

I’d like to take the time to thank everyone for the most wonderfull gifts I have ever received. The list includes your good wishes, your prayers, your support, your tears and laughter, your anger and rejoicing, and most of all the unwavering love you’ve bestowed upon me. I guess I’ve always felt that we were one person and that you’ve allowed me to be our spokesman, but until this time of my greatest peril the truth was perhaps slightly hidden. It is hidden no more. Together we’ shall face the foe and live on to climb higher mountains and explore greater magic. Together we cannot fail. Please accept my never ending love and dedication to you all. So it is written, and so it shall be.

MAGIC ,
FROM RONNIE JAMES DIO

Si quereis, vosotros también podeis mandarle vuestros mensajes de apoyo, vía correo analógico a su club de fans: Dio Fan Club, 12400 Ventura Boulevard, Suite 624 Studio City, CA 91604, o bien enviar un correo electrónico a getwellronnie@black-sabbath.com.

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Avatar

Ya se han dicho muchas cosas acerca de Avatar, pero yo también quería poner mi granito de arena. He de reconocer que no tenía muchas ganas de ver la película debido a todo el hype que se fue creando a medida que se acercaba el estreno. Y es que Avatar es un producto de la cultura del hype, al igual que lo fue en su momento The Dark Knight, y al igual que lo serán cada vez más películas. ¿Cómo se puede reseñar una película que antes de su estreno ya tenía la etiqueta de obra maestra, de película revolucionaria?

Todo este ruido mediático, al igual que el impresionante apartado visual de la película sirven para ocultar su principal defecto, y es que no tiene apenas guión. La historia de Avatar es una historia que ya hemos visto infinidad de veces: en Bailando con lobos, en Pocahontas, en El último samurai, en tantas películas de indios y vaqueros… No hay nada en el guión de esta película que no sea un tópico, nada que sorprenda mínimamente, ni sus protagonistas ni su filosofía hipiesca de baratillo.

Sin embargo, hay que reconocerle a Avatar una virtud, y es que consigue que no te des cuentas de sus carencias durante los (aproximadamente) 160 minutos que dura. James Cameron sigue conservando su sentido del ritmo, sabiendo cómo hacer películas que te mantengan con la mirada fija en la pantalla, y sumergiéndote desde el primer momento en el peculiar entorno de Pandora.  El sentido de la maravilla justifica las montañas volantes, los jinetes de dragón o a un ejército de marines coloniales y mechas luchando contra elfos azules armados con arcos.

Lo malo es que James Cameron no consigue nada más que esto, y una vez apagada la linterna mágica, la ilusión no dura más que unos segundos. Avatar puede representar una revolución en la manera en que se combinan actores y CGI, pero me temo que no será una película que permanezca durante mucho tiempo en la memoria. Y es que, por poner otro ejemplo de Cameron, lo que ahora recordamos de Terminator 2 no son los efectos de morphing del T-1000, si no la historia de John Connor. En Avatar, no hay una historia de Jake Sully que recordar.

¡Menudo viaje!

Life should not be a journey to the grave with the intention of arriving safely in a pretty and well preserved body, but rather to skid in broadside in a cloud of smoke, thoroughly used up, totally worn out, and loudly proclaiming– “Wow! What a Ride!”

— Hunter S. Thompson

Hunter S. Thompson fue uno de los últimos grandes periodistas. Creador de un estilo llamado gonzo, donde el periodista forma parte de la historia, y es tanto o más importante que las noticias en sí. Aunque quizá sea más conocido por ser el escritor de Miedo y asco en Las Vegas, que sería adaptada al cine por Terry Gilliam. La cita la encontré en esta entrada de The Selvedge Yard, blog totalmente recomendable. En la entrada anterior, podemos ver un reportaje de Hunter S. Thompson sobre los Ángeles del Infierno.

Flujo

Existe una técnica narrativa llamada (en inglés) stream of consciousness (podría traducirse libremente al español como flujo de conciencia, aunque la opción de la Wikipedia es monólogo interior) que consiste en un narrador que nos va contando todas sus sensaciones y pensamientos, como si pudiéramos meternos en el interior de su mente y oír la voz de sus pensamientos. Es un recurso que se ha usado ampliamente en la literatura, pero no está tan presente en otros medios. Por eso resulta bastante sorprendente encontrarse con un cómic narrado de esta manera, como The Stroll, de Clowes. Un pequeño paseo por la ciudad, a bordo de la mente de un dibujante de cómics.

Sci-Fdi

Sci-Fdi

Sci-Fdi

Desde hace unos días está ya disponible el primer número de Sci-Fdi, una revista de ciencia ficción publicada desde la Facultad de Informática de la Complutense, en la que hemos colaborado Lodr y yo. La revista está centrada en los relatos breves, pero también pueden encontrarse interesantes artículos de ensayo. En concreto, este primer número está dedicado a Ballard. Y si todo esto no fuera reclamo suficiente, un artículo de presentación escrito por el mismo Miquel Barceló. Desde aquí no podemos si no recomendar su lectura y no por nuestra participación en ella (en parte sí :p ) si no por sus contenidos. Podeis leer el primer número aquí.

Krod Mandoon

Habiendo tantas y tantas series por ver, es fácil que se nos escapen muchas que son realmente interesantes. Si no hubiera sido por un comentario casual, nunca hubiera conocido esta miniserie, Krod Mandoon and the Flaming Sword of Fire.

Los buenos

Los buenos

Krod es (más o menos) el típico antihéroe que podemos encontrar en casi cualquier libro de fantasía clónica: un pueblerino torpe, pero al que una antigua profecía señala como el elegido para salvar al mundo del caos y la destrucción. Y es que todo en esta serie son tópicos, pero no podía ser de otra forma: la serie es una parodia de las típicas sagas de fantasía, y todos sus estereotipos aparecen ridiculizados, bien sea por la exageración o por el simple método de mostrar lo absurdos que son.

Pero Krod no está solo en su aventura para salvar al mundo, también lo acompañan, entre otros, una amazona o un mago sin magia. Y de nada sirve un héroe sin un villano al que enfrentarse, en este caso, el Canciller Dongalor, interpretado por Matt Lucas, uno de los creadores de Little Britain.

Quizá Krod Mandoon no sea la mejor serie que podamos ver ahora, pero merece la pena, por su sentido del humor y por su brevedad, seis episodios de unos veinte minutos cada uno.

Satán en Hollywood

Una de las cosas que más me gustan de la revista Imágenes es la sección dedicada al cotilleo: la columna Hollywood Babilonia de Alex Fáundez, o las páginas en las que se recopilan anécdotas de la historia del cine: rodajes caóticos, directores desquiciados, divas… en definitiva, la imagen más cruda del star system.

Sofia Loren y Jayne Mansfield

Sofia Loren y Jayne Mansfield

Mientras en la revista estas historias se cuentan en un espacio de apenas unas páginas, en el libro Satán en Hollywood, de Jesús Palacios, se pueden encontrar cientos de estas historias, en un recorrido de casi cien años por la historia de las creencias y prácticas ocultistas de las estrellas del cine. A lo largo del libro hace su aparición un reparto digno de las mayores super producciones: James Dean y su interés por el satanismo, la muerte de Jayne Mansfield y su extraña relación con Anton LaVey, el escritor de la Biblia Satánica (también Marilyn Manson ha tenido sus coqueteos con la Iglesia de Satán), la cienciología y su relación con el cine, las experiencias psíquicas de Michael Crichton, la paranoia de Bowie, las tímidas experiencias satanistas de los Rolling Stones, la afición de Andy Warhol por los cristales «mágicos», e incluso un capítulo dedicado a la peculiar carrera de Kenneth Anger, el escritor de los dos volúmenes de Hollywood Babilonia, libro de referencia en cuanto a las historias más sórdidas del mundo del cine, y del que tomó el nombre la columna mencionada anteriormente.

Un libro totalmente recomendado para cualquier aficionado al cine, lleno de historias sórdidas, pero lejos de la prensa rosa. Escrito de una manera muy amena, es adictivo y se lee en un periquete. Está editado en la colección El Club Diógenes, de la que ya había hablado en esta entrada.

Maestros del terror

Quizá ya sea un poco tarde para dar el aviso de la nueva colección de El País, pero es posible que aún haya algún despistado por ahí que no se haya enterado 🙂 Desde el 22 de noviembre, cada lunes y miércoles, por sólo un euro, puedes conseguir un pequeño libro con relatos de grandes escritores de terror.

La principal característica es la plantilla de escritores escogidos, apostando por rescatar a los clásicos, podríamos decir que es una colección prácticamente decimonónica, siendo Lovecraft el escritor más moderno incluído en ella, así que es una buena oportunidad para todos aquellos aficionados al terror que no conozcan a estos clásicos. Por desgracia, al hacer este corte temporal se quedan fuera autores como Richard Matheson, pero no me quejo, tiene un espíritu similar al del Club Diógenes de Valdemar.El listado de autores es el siguiente:

  • H.P. Lovecraft, El alquimista (22 noviembre)
  • Edgar Allan Poe, Manuscrito hallado en una botella (23 noviembre)
  • Arthur Conan Doyle, El embudo de cuero (25 noviembre)
  • Guy de Maupassant, El Horla (30 noviembre)
  • M.R. James, Corazones perdidos (2 diciembre)
  • Gustavo Adolfo Bécquer, El monte de las Ánimas (7 diciembre)
  • E. T. A. Hoffmann, El Hombre de Arena (9 diciembre)
  • Joseph Sheridan Le Fanu, El fantasma y el ensamblador
  • Emilia Pardo Bazán, El corazón perdido
  • Alexandre Dumas, Historia de un muerto contada por él mismo
  • Villiers de L´Isle Adam, Vera
  • Horacio Quiroga, El almohadón de plumas
  • Nathaniel Hawthorne, El experimento del doctor Heidegger
  • Bram Stoker, El invitado de Drácula
  • Mary Shelley, La transformación
  • Theophile Gautier, La muerta enamorada
  • Ambrose Bierce, El clan de los parricidas
  • Edith Wharton, La campanilla de la doncella
  • Washington Irving, La leyenda de Sleepy Hollow
  • Robert L. Stevenson, El diablo de la botella

Una cosa que hay que destacar de esta colección es que la presentación de cada volumen está bastante cuidada, teniendo en cuenta su precio, y la edición es bastante buena, no como en otras colecciones que han ofrecido, donde el papel dejaba bastante que desear o la tinta te manchaba los dedos. En cuanto a los relatos elegidos, suelen ser cuatro por cada autor, y la calidad varía bastante de volumen a volumen. Suelen ser los relatos más conocidos del escritor, y no hay demasiada sorpresa, aunque sí algún patinazo, en particular, el dedicado a A. Conan Doyle es bastante flojo. Por otro lado, los de Maupassant y M. R. James me han parecido excelentes.

De todas formas, teniendo en cuenta que cuestan solamente un euro, merecen bastante la pena, tanto si eres aficionado al terror y quieres ampliar horizontes como si ya eres un connaiseur. Y por supuesto, para todo aficionado a la lectura, independientemente de géneros.

Fred Williamson

Fred

Fred

Que el nombre de este señor aparezca en los créditos es una especie de garantía de calidad. Uno de esos actores que, como se suele decir, llenan la pantalla. Puede que no aparezca más que en un par de escenas, o que apenas tenga diálogos, pero lo más probable es que su personaje acabe siendo el mejor recordado de sus películas. Actor en mil y una pelis de blaxploitation, luego se pasó al exploit italiano, con un papel increíble en Aquel maldito tren blindado (conocido en EE.UU. como Inglorious Bastards), la respuesta italiana a películas como Los violentos de Kelly, o en 1990: Los guerreros del Bronx (¿hace falta decir en que película se inspiraron para hacer esta?). Y si no bastara con eso, un bigotón de marca mayor… ¿Véanlo también en Bigotón Watch?

Naschy

Hoy, al llegar a casa y comprobar el estado de la blogosfera, me he enterado de la muerte de Paul Naschy. He de reconocer que nunca he sido un gran apasionado de sus películas, aunque he disfrutado con casi todas las que he visto, por una razón muy sencilla, y es que hacía películas supliendo con ganas e ilusión la falta de medios. Era un hombre que disfrutaba con lo que hacía, aunque tuviera que irse fuera de España para poder seguir haciendo sus películas, y gente así es cada vez más escasa en el mundo del cine. Al menos, nos quedan sus películas y las de aquellos que siguieron su ejemplo.

La marca del hombre lobo

La marca del hombre lobo