Capturado, de Neil Cross

Capturado, de Neil Cross

Capturado, de Neil Cross

Ya había comentado por aquí mi opinión sobre los dos primeros libros editados a medias entre Es Pop y Valdemar. Disfruté con la lectura de Acero, y disfruté aún más con A la cara. Estaba deseando poner las manos encima del tercer libro de Es Pop Narrativa: Capturado, de Neil Cross, así que aproveché una visita a la feria del libro de Madrid para comprármelo.

Este libro comparte algo con los anteriores: es una de esas novelas que se leen de un tirón, de la primera a la última página. Cada una de las novelas editadas por Es Pop Narrativa consigue esto de una forma distinta. La estrategia de Neil Cross es plantear la novela como una contrarreloj, desde la primera línea. Así empieza Capturado:

Kenny escribió la lista porque se estaba muriendo.

Aquella misma mañana, una resonancia magnética había revelado que un tumor cerebral maligno había germinado  en los húmedos rincones de su cráneo igual que un  champiñón entre el abono.

Le quedaban seis semanas de vida, quizá menos.

Kenny sabe que apenas le queda tiempo, así que decide aprovecharlo. Escribe una lista de cuatro personas a las que en algún momento de su vida ha decepcionado, para tratar de enmendar su error. Pronto descubre que una de las personas de la lista, una amiga de su infancia, desapareció hace tiempo. Su marido, acusado de maltrato, fue el principal sospechoso pero la investigación terminó por falta de pruebas. A partir de ese momento decide que va a emplear lo poco que le queda de vida en descubrir qué le ocurrió a su amiga, cueste lo que cueste.

Todo esto no es más que una forma de dar un sentido a la vida y aprovechar sus últimos momentos para enmendar sus errores. Kenny busca redimirse, pero este no es un camino fácil y en ocasiones enmendar un error puede llevar a cometer otro aún peor. Y en el fondo, el peor error de Kenny es buscar a su amiga, un recuerdo fugaz del pasado, como si eso fuera a cambiar su presente o su escaso futuro.

Puede que el estilo de Neil Cross sea bastante seco, que busque la sencillez y la eficacia, pero eso no le impide hacernos reflexionar a través de la degradación (física y mental) de Kenny. Capturado trata, como he dicho más arriba, de redención, pero también trata sobre la importancia del presente sobre el pasado y sobre la forma en la que un recuerdo (que como tal, sólo existe ya en la imaginación de Kenny y no en la vida real) puede llegar a eclipsar las cosas más importantes que éste tiene al alcance de la mano.

Ya había comentado en las anteriores entradas el cuidado que se había puesto en las otras ediciones de Es Pop Narrativa, cómo cada portada busca reflejar lo que te vas a encontrar, pero tengo que volver a repetirlo, por que las ilustraciones elegidas para Capturado lo merecen. No hay más que echar un vistazo a esa portada.

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Avenida Potemkin, 123 bis

El otro día hablaba por aquí de las casas Potemkin, viendo cómo podían ser usadas como un elemento de propaganda. Pero este tipo de viviendas-simulacro se han usado con otros fines a lo largo de la historia. El ejemplo que nos viene a todos a la cabeza son los clásicos pueblos de las películas del oeste, en los que no se construía más que la fachada por que en realidad no hacía falta más.

Calle Falsa, 123
Calle Falsa, 123

Otras veces, los motivos son cosméticos, como las falsas fachadas pintadas que ponen sobre los edificios en obras. En estos casos, las casas Potemkin no se utilizan para mostrar algo que no existe, si no para ocultar algo que sí existe. Fijaos en esa bonita calle de Londres. ¿Veis algo raro? No, ¿verdad? Podemos ver plantas en las entradas de las casas e incluso cortinas en las ventanas, como en cualquier otra casa de cualquier otra calle. Pero si miramos desde otro lado… ¿dónde se ha metido el edificio? ¿Qué hacen ahí esas vías?

Colega, ¿dónde está mi casa?
Colega, ¿dónde está mi casa?

La casa en cuestión tuvo que ser demolida para construir la vía de metro que vemos en la foto, allá por el año 1868, ya que por aquel entonces, no se construía utilizando tuneladoras, si no que se utilizaba el método más rudimentario de cavar y tapar. Además, como las locomotoras funcionaban a vapor, los túneles tenían que tener ciertos puntos abiertos, para que pudieran liberar vapor y que no quedase atrapado en el interior del túnel.

Valentina Tereshkova

A principios de los años sesenta la Unión Soviética le sacaba varios cuerpos de ventaja a los Estados Unidos en la carrera espacial. Primero fue el satélite Sputnik 1, después, la perrita Laika en el Sputnik 2, y finalmente, la hazaña que asombró a todo el mundo: el 12 de abril del 1961 Yuri Gagarin se convirtió el primer hombre en abandonar nuestro planeta, y luego volver.

Valentina Tereshkova

Valentina Tereshkova

Tras esto, se propusieron una nueva misión: poner también a la primera mujer en el espacio. La elegida fue una aficionada al paracaidismo llamada Valentina Tereshkova, que el 16 de junio de 1963 despegó de la base soviética de Baikonur en la nave Vostok 6. He recalcado el detalle de aficionada al paracaidismo ya que, a diferencia de casi todos los pioneros de la carrera espacial, Valentina era civil, y de hecho también fue la primera persona civil en el espacio ¡dos records en uno! Con esto, la Unión Soviética conseguía una importante victoria propagandística, y es que Valentina era una ferviente comunista, proveniente del proletariado y no de las élites militares.

Durante los tres días que permaneció en órbita dio 48 vueltas a la Tierra, y su vuelo no estuvo totalmente libre de problemas, ya que en su reentrada estuvo a punto de caer en mitad de un lago, lo que hubiera sido mortal ya que al comienzo de la carrera espacial, los cosmonautas saltaban desde la cápsula de reentrada y descendían los últimos metros en paracaídas.

¡Pobre Ringo!

El otro día hablábamos por aquí de Ringo Starr, y al escribir aquella entrada recordé una cita de John Lennon que leí una vez

Lennon, asked if Starr was the best drummer in the world, jokingly replied, «He’s not even the best drummer in The Beatles!»

Hay que reconocer que Lennon dijo esto como una broma, pero Ringo nunca fue considerado un batería técnicamente impecable. Como él mismo decía, tenía una técnica básica, lo que suplía con sus propios trucos. Además, a pesar de ser zurdo ¡tocaba con una disposición de batería para diestros! Y sobre todo, sabía darle su carácter a las canciones, lo cual no pueden decir muchos baterías con mejor técnica pero sin ningún tipo de personalidad.

Frazetta y Marge

Cuando escribí mi breve homenaje a Frazetta se me quedaron muchas cosas por comentar, y entre ellas, esta especie de conexión rocambolesca entre el ilustrador y el universo de Los Simpson. ¿Sabeis que tienen en común Frazetta y Marge Simpson?

Ringo, por Frazetta

Ringo, por Frazetta

A Ringo Starr. Y es que los dos se dieron a conocer en el mundo artístico haciendo un retrato del beatle. En 1964, tras ver la caricatura del músico en la revista MAD, uno de los productores de United Artists decidió contratarlo para que hiciera algunos posters para sus películas, y gracias a eso se ganó su merecida fama.

Ringo, por Marge

Ringo, por Marge

Marge, por otro lado, tuvo una ligera obsesión con el batería de los Beatles en su juventud. Años después, como vemos en el episodio Pinta con grandeza, recibe una agradecida carta de Ringo, y eso hace que vuelva a retomar los pinceles y ganar el concurso local de pintura con su Adonis calvo.

No puedo creer… que lo vendan!

Mañana, si todo sale bien (sic) termino la carrera así que no sé qué demonios hago posteando. Sin embargo me urge comprar algo, algo geek y guay. Y mira por dónde el otro día leí que la gente de No puedo creer que lo hayan inventado acababa de estrenar su sitio web No puedo creer que lo vendan.

Así que si queréis regalar peluches atropellados, cubiteras con la forma de los space invaders, muñequitos puteados o un «abrebotellas imán de nevera» (aun estoy flipando con esto), pues ya sabéis por dónde os podéis ir pasando: http://quelovendan.com

Avenida Potemkin, 123

Rusia es una fuente inagotable de curiosidades e historias un tanto bizarras. Adrián ya nos contó hace tiempo el baile de nombres de San Petersburgo, y la historia de hoy también trata sobre ciudades… ¡o no!

Cuando oímos Potemkin nos viene a la mente la legendaria película de Eisenstein, en la que este plasmó por primera vez sus revolucionarias teorías sobre cómo utilizar el montaje para despertar emociones en los espectadores. Estas ideas fueron tan influeyentes que una de las escenas de la película (Las escaleras de Odessa) ha sido homenajeada en un montón de películas.

El título de esta película viene del nombre de un barco, el Acorazado Potemkin, que es a su vez un homenaje a Grigory Aleksandrovich Potemkin, un militar ruso, entre cuyas hazañas se encuentran haber sido amante de la emperatriza Catalina II de Rusia y conquistar la península de Crimea (actual Ucrania) para su imperio, por ese orden de relevancia.

Pues bien, tras la conquista de Crimea, la emperatriz decidió visitar sus nuevos dominios. Así que Potemkin, para hacer más valiosa su conquista a los ojos de su reina, hizo construir falsos pueblos, como las fachadas que forman los decorados de las películas del oeste, del tal forma que la reina, viéndolos desde lejos, pensase que era una región próspera. De hecho, no debería hablar de pueblos, en plural, ya que se dice que era un único decorado, que se iba cambiando de sitio conforme avanzaba la comitiva real. Así, este tipo de pueblos falsos creados con fines propagandísticos pasaron a ser conocidos como pueblos Potemkin.

Si bien se pone en duda la veracidad de esta historia, el uso de la expresión se ha mantenido hasta hoy y, por supuesto, también siguen existiendo hoy en día algunos de estos pueblos Potemkin, como la falsa ciudad de Gijeong-dong, en la siempre delirante Corea del Norte.