A Game of Thrones, la serie

 

Winter is coming

Winter is coming

 

Poco falta ya -primavera temprana de 2011- para que se estrene la serie que traerá a la pequeña pantalla la saga más conocida de George R.R. Martin, y que desde aquí esperamos que sea todo un éxito. Sin embargo, esta entrada no pretende ser un análisis de lo que ya sabemos de la serie, si no de lo que no sabemos de la saga de libros: ¿cuándo seguirá publicándose?

Y es que la fecha de estreno de la serie, no hace más que recordarnos que hace años -¡5 años!- que tuvimos la oportunidad de leer el último libro que se ha publicado de esta cada vez menos maravillosa saga. Al ritmo que Martin escribe sus libros morirá antes de terminarlos la serie televisiva tendrá unos parones que la harán más insufrible, si cabe, que seguir las novelas. ¿Podéis imaginar 5 años entre una temporada de la serie y la siguiente? ¿Qué le habrá pasado a los actores? Los niños serán hombres, los personajes interpretados por ancianos se habrán retirado y las adolescentes serán risueñas madres de familia.

Personalmente apenas recuerdo cómo se quedó la trama de la última novela, y tengo muchas otras cosas que leer antes que retomar las obras de Martin, para que vuelvan a pasar cinco -o más- años entre una y otra. Quizá, cuando las termine todas, me reconcilie con el irresponsable de Martin.

Bueno, ya lo he dicho. No sé qué opinarán los lectores del blog y de Martin pero, yo personalmente, dejé de esperar hace ya bastante tiempo.

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29-S: Huelga General

Dentro de exactamente 6 días, el 29 de septiembre de 2010, se va a producir un acontecimiento histórico en nuestro país: una Huelga General con un gobierno de izquierdas. ¿Vas a asistir?

Lamentablemente hay mucha gente que con excusas varias afirma que no va a asistir a la huelga general del 29S. Desde mi punto de vista, ninguna excusa es válida para no mostrar tu desaprobación ante una reforma laboral que ha recortado los derechos de los trabajadores de manera violenta e indiscriminada. La feroz crítica que se está realizando desde los medios está generando/agravando una serie de ideas -más bien sensaciones, sentimientos arraigados- que debilitan a los trabajadores en una situación crítica para nuestros derechos.

NOTA: Aclarar en primer lugar que ni soy sindicalista, liberado sindical, representante de los trabajadores, anarquista, comunista, extremista… Me considero una persona de centro, y sobretodo, muy democrática. Dicho esto, sigamos.

Estas son algunas de las excusas que he oído a la gente de mi alrededor para no ejercer su derecho a huelga el próximo miércoles 29:

«Los sindicatos son unos vendidos/getas/sanguijuelas/vagos/ponloquesea». Bueno, puede ser, pero no es eso lo que se está debatiendo aquí. No vamos a la huelga los fans de los sindicatos y se quedan en casa los empresarios y los que están en contra de los sindicatos. Aquí vamos a mostrar nuestro rechazo a una reforma laboral injusta, aprobada sin discusión parlamentaria y que nos afecta directamente a todos. Los sindicatos serán lo que queráis, pero son la herramienta que tenemos, así que vamos a aprovecharla. Después, si queréis, la cambiamos por otra. Lo que no tiene sentido es no comerse el filete de ternera porque el cuchillo que nos han dado es de pescado.

«Es que ir a la huelga no va a servir para nada». Vale, pues entonces nada, a seguir con tu trabajo basura, aguanta las injusticias y tus penurias, pero ni se te ocurra quejarte. Quejarte en privado o con tus colegas sí que no vale para nada. Espero que también seas de los que no votan, no reclaman si les venden un producto estropeado ni se esfuerza por mejorar ninguna otra cosa. ¿No lo eres? Entonces manifiestate, que los gobernantes sepan que no estás de acuerdo. No ir a la huelga, no sólo no sirve para nada, si no que agrava la situación, dando a entender a quienes ostentan el poder que pueden hacer y deshacer a su antojo, sin consecuencias.

«Esta huelga se tenía que haber hecho antes, ya llevamos dos años en crisis». Sí y no. Se podría haber hecho antes otra huelga. Una huelga que pidiera que el gobierno tomara medidas para frenar la espiral descendente en la que nos adentrábamos en 2008, pero no esta huelga. Esta huelga es ahora, como respuesta a la aprobación de una reforma laboral que supone un retroceso en nuestros derechos.

«Si voy, puede que me despidan». Si este es el problema, entonces ya han ganado. Si la gente tiene miedo, si tú tienes miedo, de ejercer los derechos que te corresponden, ya se ha perdido esta batalla. Esta lucha, la huelga, es por toda esa gente que puede ver vulnerados sus derechos, por toda esa gente que, si resulta despedida (por un motivo u otro) tiene derecho a una indemnización digna. Si tienes miedo de que te despidan por ejercer tu derecho a huelga, entonces estás en uno de esos trabajos que esta reforma laboral defiende, en los que el empresario tiene control total sobre el trabajador; un trabajo en el que pueden despedirte sin justificación, con una indemnización lamentable. El miedo mata la mente, impide que reaccionemos y que nos expresemos; no dejes que eso te pase.

«Es que los liberados sindicales y los representantes van a la huelga y siguen cobrando». Ya, bueno, no todos. En algunas empresas se han enviado cartas a la dirección indicando que los representantes sindicales no usarán las horas de trabajo sindical el día de la huelga; es decir, se quedarán sin cobrar ese día. En cualquier caso, remito al primer punto, no se trata de los sindicatos, si no de la reforma laboral.

«Es que si hago huelga no cobro ese día». Cierto, si no todo sería hacer huelgas una detrás de otra, así no trabajaríamos y seguiríamos cobrando. Estaría bien. Míralo de otro modo, si en algún momento te despiden, te van a pagar alrededor de 20 días menos por año trabajado; eso es más dinero, ¿verdad? También va a ser más fácil despedirte con las nuevas «causas objetivas», que incluyen cosas tan peregrinas como una estimación de bajos ingresos en el futuro, o que se va a subcontratar otra empresa para hacer la parte del trabajo que hacías.

«Hacer huelga no tiene sentido, porque la empresa se ahorra dinero». ¿Cómo? Supongo que en tu trabajo realizas alguna labor o prestas algún servicio, que tiene un valor económico para la empresa. El empresario te paga una parte de ese valor, y se queda con el resto. Si no trabajas, no produces, y no se queda con su parte; pierde dinero.

Es mucho más cómodo poner una excusa y esconder la cabeza en el suelo, pero la realidad es que sin tu apoyo, sin el apoyo de todos, no se va a cambiar una situación que se está degenerando cada semana que pasa. ¿Jubilación a los 67? ¿Impuestos a nivel europeo? ¿Cambios en el cálculo de la pensión? Todo esto son globos sonda, si no hay una respuesta el día 29, si todo sigue igual, pasarán a ser reales estas y todas las demás cosas que se les ocurran a los empresarios.

El miércoles 29 de septiembre hay Huelga General. Y tú, ¿vas a asistir?

CCOO. Huelga General

Spain is different: ¡Joder, sí!

Me vais a disculpar el título de la entrada, pero lo necesitaba. Veréis, un servidor va en tren por las mañanas al trabajo, y habitualmente va leyendo novelas o libros técnicos (más de lo segundo), pero esta mañana, qué os voy a contar, no tenía el cerebro para hacer el esfuerzo de leer sobre Windows internals, así que decidí relajarme leyendo el periódico. Craso error.

Despreocupadamente cojo el periódico y miro por encima la portada para encontrarme con una noticia que reza «Combatir el fraude fiscal daría a ZP mucho más dinero que el recorte». Y es que, según los técnicos de hacienda, una lucha más eficaz contra los defraudadores daría al Estado 38500 millones de euros, más del doble del recorte anunciado por ZP. Y leído así, uno siente un malestar leve, pero tampoco excesivo. Claro que, tonto de mí, voy a la página en cuestión, y descubro que en España tenemos una economía sumergida estimada del 23% (¡El 23%!) del PIB. Entenderéis que mis ganas de matar aumentaron significativamente, claro. Sólo existe un país en toda la UE con niveles de economía sumergida mayores a los españoles. ¿Adivinais cual? Exacto: Grecia. Que tenemos un país de corruptos no es nuevo, pero estas cifras rayan la parodia.

Siendo las siete y media de la mañana, decido que es mejor saltar a otra noticia, a ver si me arregla la mañana. Desgraciado de mí, mis pobres ojos se posan en un titular tal que así «La crisis empuja a 102.432 españoles al extranjero en los últimos doce meses«. ¡¡102.432!! Ojo, jóvenes entre 25 y 35 años, con titulaciones superiores y dos idiomas, que se marchan del país porque los empleos que encuentran están mal pagados, no se sienten valorados por las empresas, y les explotan. Los sociólogos lo llaman «emigración selectiva», aunque hace unos meses ya leí otro artículo similar que hablaba de «fuga de cerebros». Con una mezcla de ira social y frustración, me planteo si de verdad sería tan duro no ver a mi familia en una temporada y buscarme la vida en los países civilizados. Para aquellos que dicen que en el resto de Europa pasa igual, les prometo una anécdota personal para la próxima entrada, pero ya os garantizo que no, que se respetan horarios y se pagan mejores sueldos.

Con esa idea en mente paso página a ver qué más encuentro. En un alarde de generosidad, el destino me regala un titular que dice «El 30% de los trabajadores no agotan sus vacaciones por exceso de trabajo«. Que la empresa no les deja cogerlas, vaya. Esto lo llevo viendo yo en las tres últimas empresas por las que he pasado, y ya me parecía raro que nadie dijera nada y que a mucha gente le sonara raro. Pues oye, al final es un 30% de gente. Mi antigua jefa de proyecto tenía acumulados 22 días del año pasado y del anterior que aún no se había cogido; este año podría cogerse 42 días, pero todos sabemos que no se cogerá ni los 22 establecidos. Qué país tan de p*** madre, donde se nos trata tan bien a los trabajadores. A estas alturas un odio social se había apoderado de mí, pero me gusta terminar de leer lo que empiezo, así que paso página.

«Esperanza Aguirre es favorable a privatizar Telemadrid [je, ¿y qué no quiere privatizar?], pero la ley lo prohíbe [Vaya, hombre, qué putada]». La ley esa de los sucios socialistas, que impide que Esperanza privatice agusto, con lo que sufre la pobre mujer, oiga. Sí, sí, no sabeis las presiones que tiene, ¿sabeis cuantos amigos tiene a los que le debe un favor? Si has pensado un número, son más, seguro. Un país en el que se nos tiene en cuenta a los trabajadores, a los usuarios de los servicios públicos como el transporte, la sanidad, o por qué no, las televisiones.

Para rematar la faena, una noticia en un recuadro pequeño diciendo que «La fiscalía pide al Supremo que absuelva a Baltasar Garzón de los cargos de prevaricación«. Bueno, al menos alguien conserva la cordura en el país, aunque no sirva para mucho. Aunque Garzón sea un héroe en el resto de Europa, donde la civilización ha crecido al margen de la picaresca española, de la privatización, la explotación, la doble moral, el fraude y las estafas varias.

Y todavía los trabajadores tenemos que estar contentos de tener un gobierno sociallisto, que aplica unas medidas que protegen a los que menos tienen, que sube el IVA (en vez del IRPF o los impuestos de sociedades), que baja el sueldo a los funcionarios públicos (en vez de reducir los altos cargos o sus sueldos) y que congela las pensiones (esos adinerados, culpables de la situación actual del país). Menos mal que no han tocado el presupuesto para los sindicatos, que si no ya la habrían liado. O no, total, nadie iba a secundar las huelgas, y si no, al tiempo.

Por lo menos los bancos, las sociedades de inversión y demás culpables han aprendido la lección. Si la lían, ya les dará dinero el estado y se lo quitará a los trabajadores, que total, no van a decir ni mú. De momento, voy a volver a mis lecturas técnicas, que tengo miedo de que las arcadas mañaneras sean permanentes.

PD: La semana pasada pedimos presupuesto a un pintor para pintar las paredes de casa. Pedía 3000 euros por 8 días de trabajo, eso sí, en negro.

Una crisis de griegos «cabreros», españoles «que se echan la siesta» e irlandeses «borrachos»

Es maravillosa esta noticia, de la boca de un jefe de de econmía de una casa de inversiones israelí. Contiene perlas como la siguiente:

¿Los lisiados y cojos de España y Portugal van a ayudar a los perezosos de Grecia. La asistencia mutua en Europa es muy floja.

Y es que sí, la economía española está mal, el mercado laboral es para echarse a llorar y la mentalidad de los trabajadores en España está enferma, pero que alguien cuya opinión se supone de prestigio, se dedique a criticar a base de tópicos, eso amigos, no tiene precio. Podríamos rebatirla, o tratar los tópicos asociados a los judíos y a Israel, pero es viernes por la tarde y hace calor, así que lo mismo me voy y me echo la siesta un rato.

Explotación remunerada

Esta mañana he leído en El País, un artículo acerca de las condiciones laborales que sufrimos muchos españoles. Parece ser una norma extendida en las empresas españolas: que la gente se quede allí el mayor número de horas posible. Empresas en las que «se valora mucho el compromiso con la empresa», lo que se traduce en que te quedes allí hasta que te echan las de la limpieza para cubrir unos objetivos que están fuera de rango. Las empresas de este país deberían mirar fuera y aprender que no pueden utilizar a los trabajadores como mano de obra esclava. Nos encontramos en la época del trabajador del conocimiento, para el que una jornada laboral más larga no se traduce en un incremento de la calidad del servicio o producto. La gente quiere y debe querer trabajar para vivir, y no al contrario. Las empresas en las que la mayor parte de la plantilla es workaholic, cuya jornada laboral media está en las 12 horas diarias (porque están comprometidos con la empresa, no lo olviden), constituyen un paradigma de empresa enferma. No me entendáis mal, estoy seguro de que todos estamos de acuerdo en que si puntualmente para completar un proyecto hace falta quedarse un par de días algunas horas extra, podemos hacerlo sin mayor reparo; lo que no debería tolerarse es que eso sea lo habitual, sobretodo cuando nadie remunera las horas extra.

Si mirasen un poco hacia fuera encontrarían países como Francia, donde la jornada laboral es de 35 horas y no de 40 como en España. Y no creo que las empresas francesas produzcan menos o peor que la españolas (por mucho que los españoles desprecien a los franceses). Verían lugares como Alemania, donde está literalmente mal visto hacer horas extra, ya que se considera que el trabajo estaba mal planificado y/o repartido o que tus capacidades no son las adecuadas para el puesto. O verían ejemplos como Finlandia, como en esta noticia de 2007:

Según la quinta edición del estudio “Indicadores clave del mercado laboral” publicado en septiembre de 2007 por la Organización Internacional del Trabajo del Trabajo (OIT), la productividad del trabajo finlandesa se ha acercado a la de los EEUU, donde la jornada laboral media por empleado es más larga y el período vacacional más corto en comparación con Finlandia.

Pruebas todas ella de que un trabajador motivado y contento, que no arrastra el cansancio de jornadas laborales eternas es capaz de rendir lo mismo y más que un trabajador agotado y quemado del trabajo que está allí doce horas diarias. Existe una tendencia creciente entre los nuevos profesionales (gente recién licenciada o con poca experiencia laboral) a preferir tener más tiempo libre, mejor horario o vacaciones que a ganar más dinero, y es que el dinero no da la felicidad, máxime cuando no tienes tiempo para disfrutar de él. Sin embargo, si en una entrevista se te ocurre comentar algo de esto el entrevistador te mirará raro (o mal, según quien sea) y creerá empezar a detectar una «falta de compromiso con la empresa y sus objetivos». Además, como se puede leer en El País:

Otro rasgo en común de este ámbito laboral es la falta de ilusión, de motivación e incluso de interés por el trabajo que se desempeña a lo largo del día. Muchos profesionales reconocen que no saben cuál es su función ni su cometido, y otros, debido al cansancio acumulado, van literalmente arrastrándose por los pasillos.

A mí me gusta mi trabajo, me gusta lo que hago, es además de mi trabajo mi hobby y lo hago cuando tengo un rato libre en casa. Sería muy triste que por mentalidades explotadoras como las citadas acabase aborreciendo algo que me ha gustado desde siempre. Leed el artículo completo, os lo recomiendo.

[+] Explotación Remunerada, El País: http://www.elpais.com/articulo/carreras/capital/humano/Explotacion/remunerada/elpepueconeg/20100314elpnegser_5/Tes

Otro rasgo en común de este ámbito laboral es la falta de ilusión, de motivación e incluso de interés por el trabajo que se desempeña a lo largo del día. Muchos profesionales reconocen que no saben cuál es su función ni su cometido, y otros, debido al cansancio acumulado, van literalmente arrastrándose por los pasillos.

Cuchillo con sorpresa

Cuchillo balístico

Una de las fuerzas de élite quizá menos conocidas entre la gente son los spetsnaz rusos. Esta fuerza de élite fue creada en 1950 y se ha mantenido hasta la actualidad. Existe muy poca información pública acerca de estos grupos especiales, lo que facilita la creación de mitos y leyendas sobre ellos.

En cualquier caso, el cometido de esta entrada no es hablar sobre los spetsnaz en sí, si no sobre una de las piezas de su equipamiento de combate: el cuchillo balístico. Este cuchillo puede parecer normal a simple vista, a pesar de su forma un tanto rara, aunque quien conozca otros cuchillos como el civilian no se sorprenderá tanto. Sin embargo, la ventaja táctica que ofrece es la posibilidad de disparar (literalmente) su hoja a 63kmh una distancia de 8 metros. Propulsado por un muelle o con gas, este cuchillo es letal tanto si se utiliza de la manera tradicional como si es disparado hacia el blanco. Goza además de un aerodinamismo y una sencillez que hacen que apuntar con él a un blanco dentro del alcance sea una tarea fácil. Por supuesto, una de las ventajas principales es que el oponente no espera que el cuchillo que sostienes en tu mano vaya a salir disparado como un proyectil hacia su cuello.

En este video del programa «Deadliest Warrior» podéis ver una simulación Boina Verde-Spetsnaz y cómo uno de los spetsnaz lo utiliza hacia el final.

Las fábricas rojas tienen patas

Durante la Segunda Guerra Mundial la economía soviética obró un verdadero milagro, sólo comparable al de los EEUU. La economía de guerra alemana respondió excepcionalmente bien, pero no se encontraba en un estado previo tan precario como las anteriores.

Desde 1929, la economía soviética se sustentaba en mano de obra esclava y en la férrea disciplina con que Stalin aplicaba los planes estatales/quinquenales. Asimismo, la industria soviética fue militarizada en 1938 a raiz de la creación de una Comisión Militar-Industrial, y los productos estratégicos se acumulaban desde entonces. No obstante, los planes de militarización soviéticos estaban muy lejos de estar preparados cuando dio comienzo la operación Barbaroja. Recordemos que la Wehrmacht atacó -con intención- en primera instancia regiones del noroeste y Ucrania. Y el plan alemán contemplaba estas zonas no por casualidad, sino porque además de permitir llevar a cabo la famosa Blitzkrieg, Ucrania y el noroeste ruso contenía el 60% de las industrias de armamento soviéticas.

¿Cual fue la medida rusa ante esta situación? Ordenar una evacuación en masa. ¿De civiles, mujeres y niños? No, camarada, una evacuación de factorías enteras, que junto a los trabajadores y los productos fueron cargados en trenes y trasladados al este. Alrededor de 450 convoyes de trenes movilizaron 197 fábricas y más de 350.000 trabajadores únicamente desde la ciudad de Kiev. Como destino se eligieron zonas de la retaguardia rusa, lejos de las líneas alemanas, como los centros metalúrgicos de los Urales (Magnitogorsk) o zonas de Siberia occidental. Esta estrategia recuerda a la conocida retirada a las profundidades del país y el incendio de los recursos abandonados a su paso que tan bien ha funcionado a los rusos en varias ocasiones.

Gran cantidad de maquinaria desmantelada cayó en manos de los nazis, por supuesto, y parte se perdió por el camino, pero suficiente material llegó a destino para considerar un éxito el traslado. Sirva de ejemplo el de una fábrica de tractores trasladada más de 2.400 km en agosto, y que pasó a producir tanques T-34, entregando su primera remesa en diciembre de ese mismo año.

1941 1942 1943 1944 1945
Aviones 15735 25436 34845 40246 20102
Tanques 6590 24446 24089 28963 15419
Artilleria 67800 356900 199500 129500 64600

Como se puede ver, esta operación permitió a la economía bélica soviética cumplir con las espectativas, y eso sin tener en cuenta el armamento que entraba en el país gracias a la Ley de Préstamo y Arriendo. Tan elevada producción permitió, pese a las exorbitadas pérdidas, que el ejército soviético tuviera excedentes de margen (fabricados+importados-pérdidas) de 8290 (aviones), 11993 (tanques) y 98790 (piezas de artillería).

Resumiendo, trasladar cientos de fábricas de una punta a otra del país fue uno de los motivos por los que la economía soviética soportó las exigencias de la guerra; como dice el título, las fábricas soviéticas tienen patas.

Fuente: Europa en Guerra (1939-1945). Norman Davies

Al Capone: muerto de miedo

al capone fumando

El simpático Capone

Volvemos a estar de aniversario. Un día como hoy, 25 de enero, pero de 1947 fallecía Alphonse Gabriel Capone, más conocido como Al Capone. Mucho se podría escribir acerca de la vida de este famoso gánster americano de origen italiano, y muestra de ello es la cantidad de películas que se han dedicado a este carismático personaje. Sin embargo, lo que nos ocupa hoy no es como vivió, si no como terminó, y es que el final de Al Capone se podría decir -si me lo permitís- que fue una muerte de miedo.

Debido a la gran habilidad de Capone con las tapaderas, y a tener sobornada a media policía de Chicago y cuarto y mitad de la judicatura, jamás se le condenó por los múltiples crímenes que se le atribuyen. Sin embargo, en octubre de 1931 y gracias en parte a las nuevas leyes promulgadas unos años antes, fue posible que Eliot Ness y sus intocables detuvieran a Capone acusado de evasión de impuestos, pena por la que fue condenado a once años de prisión.

En un principio, se le confinó en un centro penitenciario común, en Atlanta, en la que se convirtió en el preso más famoso y uno de los más temidos de la cárcel. Sin embargo, Capone aún era capaz de manejar la mayor parte de sus negocios desde allí, con lo que el efecto de su detención se veía dismunido. Debido a estos contratiempos, se decidió trasladar a nuestro famoso gángster a Alcatraz, lugar donde pasó el resto de la pena sin poder contactar con el exterior.

Tras su liberación, años después, Capone se retiró de la vida pública y se recluyó en una de sus mansiones. Apenas le quedaba dinero, y había ido perdiendo facultades mentales debido a una sífilis que nunca se dejó tratar. Y es que Al Capone, quien lo iba a decir, padecía belenofobia, o lo que es lo mismo, pánico a las agujas [y otros objetos punzantes]. Lo curioso del caso no es que tuviera pánico a las inyecciones, si no que este tipo de fobia está comunmente asociada a la hemofobia -miedo a la sangre-, con lo que cuesta imaginarse a nuestro sanguinario mafioso cometiendo atrocidades a sus víctimas. O reaccionando cuando sufrió esa terrible cicatriz en la cara por la que tan bien se le conoce, ¿se desmayaría?

Finalmente, en 1947, fue encontrado muerto en su bañera, muy probablemente de sífilis, una enfermedad que nunca se dejó tratar por genuino pánico.

Lenin, Stalin y San Petersburgo

lenin-rev-octubre

Lenin en la revolución de octubre

Ayer, día 21 de enero de 2010 fue el aniversario del fallecimiento de Lenin, primer presidente del soviet de comisarios del pueblo. A tenor de este dato, he decidido añadir una entrada para resaltar algo obvio, y es que la mayoría no sabemos nada sobre el idioma ruso. De este modo, la mayor parte de la gente asume que Lenin era el nombre o apellido del líder soviético, así como Stalin también era el nombre del secretario general del comité central del partido comunista de la unión soviética.

¿Y por qué piensa esto la gente? Pues en parte por falta de curiosidad histórica y en parte porque, como ya he comentado, la mayoría no sabemos nada de ruso. En realidad, ambos son sobrenombres o apodos que se les otorgaron por diversos motivos. Así, Lenin significa «el que pertenece al [río] Lena». Curioso nombre para alguien que nació en la región del Volga, a varios miles de kilómetros del Lena, ¿verdad? Del mismo modo, Stalin significa «hombre de acero» o «hecho de acero», uno de los tantos alias que utilizó este sangriento dictador comunista.

Los nombres reales de estos personajes son Vladímir Ilich Uliánov y Iósif Visariónovich Dzhugashvili. Mucho menos comerciales, oiga.

¿Y San Petersburgo? Bien, San Petersburgo fue fundada por el zar Pedro el Grande en 1703 (las historias de su construcción se podrían comentar en otra entrada). Actualmente es la segunda ciudad más importante de Rusia, y la que más veces ha cambiado de nombre en la historia. Tras el nombre original, de origen germano, pasó a llamarse Petrogrado a raíz del conflicto germano soviético de 1914. Posteriormente, en 1921 obtuvo el nombre de Leningrado en honor al presidente del soviet. Este nombre perduró hasta 1991, momento en el que se convocó un plebiscito para determinar el nombre definitivo de la ciudad. Los habitantes de la urbe votaron entre varios nombres, y finalmente salió elegido San Petersburgo, demostrando que, al final, las aguas vuelven siempre a su cauce.